La evolución del carnaval y el resguardo de costumbres
Hugo Cabrera / Subterráneos
Coyolillo, Veracruz; 22 de febrero 2024. Los disfrazados son un elemento característico del carnaval de Coyolillo un pueblo afromexicano. Son personas que, con atuendos coloridos, máscaras de toros y cencerros, bailan por las calles, evitando hablar para no ser descubiertos en su identidad. El carnaval transcurrió del martes 12 al domingo 18 de febrero. Sin embargo, cada vez son menos los que participan.
La tradición de “Los disfrazados”, se va revitalizando a través de las mujeres y los niños por una razón, los varones adultos van migrando a los Estados Unidos. La gran mayoría de los pobladores son jornaleros y trabajan en el campo, un trabajo que es pagado mucho mejor cruzando la frontera. El carnaval se comunica a través de redes sociales. Se hacen transmisiones en vivo o mensajes privados. “Los que trabajan en el otro lado, siguen la festividad, manifiestan su nostalgia”, nos dice Kelly, una activista del colectivo casa Coyolillo.
“Hemos incorporado la danza africana, y vamos fortaleciendo nuestro discurso de orgullo por ser negros y negras. Si los hombres se van, ahora somos las mujeres las que nos disfrazamos y ya también hacemos el carnavalito para que las niñas y los niños sepan de nuestra tradición y participen”.
Imágenes de una fiesta que se realiza en las calles del pueblo, donde hay lavaderos al aire libre, las calles se trazan confirme a las necesidades del transeúnte, donde los hombres no deciden cuando partir, donde la fiesta habita en el trayecto de los jornaleros. Donde no hay una casa sin un altar.
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