Ildefonso López / Subterráneos
La Lagunilla y Tepito son dos barrios de la clase popular mexicana en sus calles sus habitantes se reinventan a cada momento para sobrevivir
Ciudad de México a 29 de enero de 2023. Visitar las dos zonas más controversiales de la ciudad de México, puede resultar un foco de alarma para cualquier ciudadano por el estereotipo que se formó desde la “Época de Oro del Cine mexicano” hasta nuestros días, así que echamos por la borda los prejuicios con mi primo que en esos momentos era mi guía y nos encaminamos al tianguis de antigüedades de La Lagunilla, el cual resulta un gran museo donde no está prohibido tocar, ahí está la historia de la humanidad, desde un meteoritos hasta una coca cola de los años 60, del arte prehispánico al arte moderno.
Las calles nos fueron llevando hasta una zona donde abundan los discos de vinil, casetes y todo lo relacionado con la cultura del rock, hasta salir a la glorieta de los boxeadores donde la banda “Blues y Fuerza del Centro” tocaba rolas de los 60s y 70s, ante mi vista y oídos había una escena muy chida donde los milenias y sesenteros disfrutaban de los clásicos del rock, la contracultura presente en el barrio.
Continuamos nuestro camino al otrora “Barrio de Tepito” hoy renombrado “Reforma Norte” para degustar las “Migas de Tepito” que pasó de ser una comida austera a gourmet, pero aquí en el barrio la gentrificación todavía no llega y se puede comer con 120 pesos incluyendo refresco y una tostada con crema.
En el trayecto lo que abunda es la ropa, tenis, bolsos de marcas famosas, cajas y bolsos para regalo con logos como, Carolina Herrera, Calvin Klein, Victoria´s Secrets, no hay límites en la imaginación, recuerdo que en el pasado en las etiquetas había cierto pudor ejemplo; Sergio Valente por “Pancho Valente”.
En los años anteriores al Tratado de Libre Comercio en el barrio se podía encontrar lo más nuevo en tecnología, bodegas llenas de aparatos electrónicos era muy común ver tráileres descargando y policías cuidando, hoy proliferan las “licua chelas” en cervecerías ambulantes donde un dj se encarga de la música, los asistentes son locales y visitantes, que siguen la tendencia, me llega el recuerdo de los carritos de supermercado que deambulaban y ofrecían cerveza y refrescos preparados con huevos de tortuga.
En el trayecto comimos unos deliciosos tacos de carnitas cuyo sabor no ha cambiado, estos están en la calle de Toltecas y Caridad caminando por esta misma calle llegamos a la calle de Florida pero antes de salir al eje uno norte, recordé una taquería donde los empleados eran unos jóvenes mazatecos, la curiosidad nos hizo regresar y asomarnos, ahí estaban como si el tiempo no pasará.
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