José Luis Santillán Palacios/ Colaborador Subterráneos
Los orígenes.
Puebla, Puebla a 28 de febrero de 2023. El barrio de Tepito se ubica “entre dos delegaciones: Cuauhtémoc y Venustiano Carranza, dos colonias y tres distritos electorales...” (Ríos, p. 36) 1 , y los indicios de que este barrio es uno de los más antiguos de la Ciudad de México datan, a partir de 1521, a lo que antes se le llamó: Tequipeucan, según fray Alonso Molina, en su Vocabulario de la Lengua castellana mexicana dice que, “Tepito significa: pequeño o poca cosa, y que proviene de tepiyotl, pequeñez; o tepitoyotl, cosa pequeña; refiriendo que era un barrio menor perteneciente a un barrio mayor, ‘lugar donde comenzó la esclavitud’, o el tequio (del náhuatl tequitl, trabajo o tributo), lugar obligado, pues aquí fue hecho prisionero Cuauhtemotzin, la tarde del 13 de agosto de ese año” 2. Este suceso quedó plasmado en un texto escrito del mural pintado por Daniel Manrique Arias, fundador del movimiento cultural, “Tepito Arte Acá” (1974). Luego en los primeros años de la Época Colonial, “el barrio era controlado en su mayor parte por indígenas tlatelolcas, en conjunto con sus vecinos de Tequipeuhcan y Santa Ana Atenantitech (Peralvillo) convertida en una de las regiones más marginales de la Ciudad de México”. Mónica Elena Ríos en su Tesis anota varios datos históricos: “A mediados del siglo XIX se creó la colonia Violante al noreste de la ciudad, donde antes sólo existían jacales desordenados y esta colonia empezaría a conformar lo que hoy conocemos como Tepito” (p.37) 3.
1. Ríos, Mónica Elena. De lo marginal a lo subversivo: La función del imaginario en la reconstrucción literaria de la identidad cultural tepiteña [Crónica de los chorrocientos mil días del barrio de Tepito (1972) y Tepito (1983)] de Armando Ramírez. Tesis Licenciatura. México: UAM, Unidad Iztapalapa, 2004, ver nota, p. 36. Nota a pie, Alberto Nájar. “Retrato de un barrio agónico. Tepito por dentro”, en La Jornada, domingo 5 de agosto del 2001
2. Molina, Alonso fray. Vocabulario de la lengua castellana mexicana. https://www.bne.es/es/Micrositios/Guias/Lengua/Espanol_ultramar/Galeria/Obra5.html?origen=galeria (consulta el 6 de febrero del 2023).
3. Su estatus jurídico era el de República de Indios, lo cual les permitía tener cierta autonomía y respeto a sus usos y costumbres. De acuerdo con el cronista Antonio de Ulloa de 1777, en Tepito, los indios se sucedían sin orden formando intrincados laberintos, y el paisaje corriente era de atraso, olvido y suciedad. (//mexicodesconocido.com.mx/tepito.html/ consulta 03 feb. 2013).
Estudios e investigaciones sobre el Barrio Bravo.
Hay un sin número de trabajos teóricos, de reseñas relacionados y temas que abarcan la antropología social, los estudios socio-económicos, de etnología y demás que se ocupan sobre este barrio ancestral. Uno de gran impactó fue el que realizó Oscar Lewis (1914-1970), “en una vecindad tepiteña conocida como la ‘Casa Blanca’, ubicada entre la calle de Peluqueros y avenida del Trabajo” (Ríos, p. 38), donde el antropólogo estadounidense documentó el término “Cultura de la Pobreza”. Ríos resalta, “que este estudio daba testimonio de un modo de vida heredado de generación en generación y que trasciende las diferencias regionales, rurales/ urbanas y nacionales” (p. 39): el resultado de este estudio fue el libro, Los hijos de Sánchez (1961). Sobre este episodio José Agustín apunta: “nos dejó estupefactos al darnos a conocer los modos de vida ‘cultura de la pobreza’ en Tepito”. La Sociedad de Geografía y Estadística se indignó ante lo que consideraba ‘distorsiones de la realidad nacional’, e inició un juicio en la Suprema Corte contra el libro publicado por el Fondo de Cultura Económica (p. 39).
Otra de las muchas investigaciones que dan una muestra “socioantropológica, de revisión hemerográfica, observación participante y de entrevistas” la llevó a cabo Alberto Hernández Hernández en el año de 2018 4, quien expone: cómo el contrabando, la llegada de coreanos y chinos, y las redes de piratería en Tepito, muestran la tenue barrera entre legalidad e ilegalidad, vinculando sus procesos a lo (i) lícito como aquellas prácticas sociales y económicas que operan desde una dimensión ambivalente en la cotidianidad, ya que “la globalización” en el Barrio Bravo ha originado procesos de inclusión y exclusión de los sujetos en su vida cotidiana (Haesbaert y Limonad, p. 41) 5, esto apunta:
Cómo en el caso de Tepito y su mercado, la mercancía de contrabando, el arribo de coreanos y chinos y las redes de piratería constituyeron procesos que han transformado al barrio: La ‘globalización desde abajo’ (Lins Ribero, 2006; Mathews, Lins Ribeiro y Alba Vega, 2012), o la ‘globalización no hegemónica’ (Lins Ribeiro, 2009), ‘economía informal internacionalizada’(Alba y Braig, 2012) o ‘neoliberalismo desde abajo’ (Gago, 2014), que se concentra en lugares donde el comercio y “las actividades económicas adjetivadas como ilegales” tienen mayor presencia, por ejemplo mercados populares, ferias de ropa usada, calles y medios de transporte (Hernández, 2018) 6.
4. Hernández Hernández, Alberto. Alteridades. Núm 55, enero-junio, 2018: https://alteridades.izt.uam.mx/index.php/Alte/article/view/939/1070 /consulta: 04 feb-2023.
5. Hernández Hernández, Alberto. Alteridades. Núm 55, enero-junio, 2018: https://alteridades.izt.uam.mx/index.php/Alte/article/view/939/1070 /consulta: 04 feb-2023.
6. El autor cita a varios teóricos. Hernández Hernández, Alberto. Alteridades. Núm 55, enero-junio, 2018: https://alteridades.izt.uam.mx/index.php/Alte/article/view/939/1070 /consulta: 04 feb-2023.
La cultura en el Barrio Bravo.
Hernández agrega que, “en cuanto a prácticas culturales”, desde décadas atrás en Tepito se hizo visible al buen bailador, jugador, boxeador o peleador callejero, destacando también su solidaridad, religiosidad popular y códigos propios, uno de ellos el albur, expresión popular que hace uso de un lenguaje en doble sentido y que un gran número de tepiteños utiliza al punto de impartir un diplomado y crear un campeonato que premia a la mejor o al mejor alburero del barrio, nacieron figuras deportivas como, Arsacio “El Kid” Vanegas Arroyo, un luchador que presumen sus vecinos, compartió la técnica del costalazo con Fidel Castro y Ernesto El Che Guevara, a quienes conoció en el café La Habana en la década de los cincuenta. También el boxeador Raúl “Ratón” Macías 7. Pero también se han formado grupos culturales, por ejemplo la revista literaria, La hija de la palanca, el Centro de Estudios Tepiteños y recientemente el Centro Cultural Tepito Lagunilla, y sin duda, el movimiento cultural más importante ha sido, el del grupo Tepito Arte Acá (1974). Las tres personalidades que destacan: Daniel Manrique, fundador del grupo, quien se dedicó a llenar las paredes del barrio con murales; Alfonso Hernández, quien promovía los intercambios entre el gobierno, las organizaciones vecinales y grupos culturales, además de difundir en la prensa los problemas de Tepito; y Carlos Plascencia comisionado para la realización de audiovisuales que difundían las actividades del grupo. Entre los audiovisuales encontramos: “¿Qué es Tepito?”, “¿Qué es Arte Acá?”, “Safari por Tepito” y “¿Qué es Arte, qué es Cultura?”. El órgano de difusión del Arte Acá fue el periódico El Ñero, cuya periodicidad era variable. Y no hay que omitir mencionar a Armando Ramírez en la literatura, a pesar que en 1983 se da la ruptura con el movimiento. Según apunta José Agustín, los escritores provenientes de los barrios más pobres y cuya narrativa tendría a la ciudad como marco, es por tanto una literatura eminentemente urbana, esta nota contrasta a la propuesta de este movimiento, ya que ellos planteaban la contraposición: ciudad/barrio como el eje que articula el cuestionamiento que hace el Arte Acá al urbanismo oficial. La ciudad representa el anonimato, lo impersonal, se le ve como inhumana, sin cultura, sin identidad. El barrio, por otro lado, es un espacio vital, dinámico, emotivo y pasional (Ríos, pp. 43-44): “Este movimiento cuestionaba la cultura y miraba de forma crítica su condición socioeconómica, la migración, los oficios y demás manifestaciones que dan identidad al barrio”, Alberto Hernández expone finalmente: Tepito es un lugar reconocido en el nivel nacional e internacional por su comercio popular, sus personajes, sus historias y también sus peligros, gran parte de las anécdotas, reportajes periodísticos o información transmitida por los medios tiende a sobredimensionar visiones negativas en torno a él, sin prestar atención a las intensas dinámicas culturales y económicas que ahí suceden día con día (2018).
7. Ruiz y Hernández, 2012. Hernández Hernández, Alberto. Alteridades. Núm 55, enero-junio, 2018: https://alteridades.izt.uam.mx/index.php/Alte/article/view/939/1070 /consulta: 04 feb-2023.
Referencias:
Hernández Hernández, Alberto. Alteridades. Núm 55, enero-junio, 2018
:https://alteridades.izt.uam.mx/index.php/Alte/article/view/939/1070 /consulta: 04 feb-2023.
México Desconocido. mexicodesconocido.com.mx/tepito.html/ consulta 03 feb. 2013).
Molina, Alonso fray. Vocabulario de la lengua castellana mexicana.
https://www.bne.es/es/Micrositios/Guias/Lengua/Espanol_ultramar/Galeria/Obra5.html?origen=galeria (consulta el 6 de febrero del 2023).
Ríos, Mónica Elena. De lo marginal a lo subversivo: La función del imaginario en la
reconstrucción literaria de la identidad cultural tepiteña [Crónica de los chorrocientos mil días del barrio de Tepito (1972) y Tepito (1983)] de Armando Ramírez. Tesis Licenciatura. México: UAM, Unidad Iztapalapa, 2004.
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