Beto Vergara/ Subterráneos
Puebla, Puebla; 4 de noviembre 2020. Han pasado más de 200 días desde que se declaró el estado de emergencia en México por la pandemia SARS CoV-2, muchas cosas se pausaron o se transformaron, como la educación, la religión, la recaudación de impuestos y el libre tránsito por las calles.
Los descontentos sociales no pararon (quizá aumentaron), más bien cambiaron, se reconfiguraron. Tal es el caso de la movilización que tuvo lugar el sábado 31 de octubre, donde un grupo de personas, portando tapabocas y vestidas de negro, con motivos morados y verdes, salieron a rendir ofrenda ante un altar donde sobre una cruz,se lee la frase “Que caiga con fuerza el FEMINICIDA”.
Entre tapabocas, gel anti-bacterial, flores de cempasúchil, gritos y fotos de mujeres víctimas de un estado y una sociedad indiferente; este grupo civil ha salido a expresar su descontento, el cual no puede mantenerse guardado y silenciado como muchas actividades humanas que así han tenido que permanecer por más de 7 meses.
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